lunes, 16 de septiembre de 2013

Arbeitslos: Un parado en Viena

Buenos días. Hace tiempo que no pasaba por aquí.
Durante este último año y medio he tenido la agenda apretada: tras dejar KPMG en febrero de 2012 me marché a Polonia para volver a ser becario en Telefónica (supongo que lo echaba de menos...).
Estuve seis meses trabajando en Varsovia y después enganché con otra beca en Viena, desde donde ahora escribo.

La beca de Viena duró un año y, desde hace justo una semana, vuelvo a estar en el paro. Mi esperanza era conseguir un contrato, pero siendo realistas, la empresa no marchaba bien y, un par de semanas después de anunciar mi no renovación, cerraron las oficinas de Austria.

Pese a confiar en mi incorporación en Telefónica, estaba preparando un plan B al que agarrarme en caso de fallida (o simplemente para utilizarlo como baza ante una posible negociación). El problema es que este plan alternativo nunca se materializó: sin hablar de manera fluida alemán, es muy difícil encontrar trabajo en Austria.

Así que a grandes males, grandes remedios: en un par de semanas empiezo un intensivo de alemán a jornada completa.

Estar en el paro es una putada, no sólo económica (que en mi caso no es tan grave, porque con el sueldo de mi pareja nos apañamos bastante bien), sino psicológica. Estar en el paro es tener una especie de demonio interior que dice que no hay sitio para ti, que no sirves, que no deberías haber dejado ese trabajo en KPMG, que vuelvas a casa...

Lo bueno es que a este tío ya lo conozco. Es el mismo que en un ultramaratón me dice que no siga, que tire la toalla, que lo intente en otra ocasión. El mismo que tras pedalear todo el día bajo el frío y la lluvia me dice que ya está bien, que me suba a un tren con la bicicleta y deje de machacarme sin necesidad.
Si buscas una receta para hacerlo callar, siento decirte que no la tengo. Ese demonio son tus miedos y tus inseguridades: siempre van a estar ahí.

Buscar trabajo en estos tiempos es una carrera de fondo... de ultrafondo, si lo prefieres. No hay que concentrarse en la meta, esto queda demasiado lejos: tan sólo en el siguiente paso.

4 comentarios:

  1. Definitvamente no merece la pena estudiar una ingenieria hoy en dia... Yo estuve dos años en paro y ahora, aunque feliz por tener un curro, no veo recompensa al esfuerzo de tantos años de esfuerzo en la universidad.

    La unica solucion para trabajar en lo que de verdad me gustaria es mi propia empresa, crearme yo mi propia experiencia.

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  2. Lamentablemente tienes toda la razón. Sólo tiene sentido estudiar una ingeniería si se hace de forma vocacional o fuera de España.

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  3. Ayer descubrí tu blog gracias a una amiga que conoce mi situación. Terminé hace unos meses la carrera y desde entonces, en realidad antes, estoy tratando conseguir un empleo en Alemania desde España.
    Estoy leyendo tus artículos y son de mucha ayuda. En concreto en éste cuando hablas de esa especie de demonio interior, casi se me salta la lagrimilla...Ahora mismo estoy en esos momentos en los que después de echar montones de solicitudes lo único que recibo son rechazos y es realmente duro. Me puedo mantener ocupado sin problema, hay muchas cosas que hacer y aprender mientras estoy desocupado, pero es inevitable que cada día aparezca ese demonio que te dice que eres no eres útil en ningún sitio, que mi perfil no aporta nada, etc.
    Eso si, también hay otra parte que me dice que solo es cuestión de tiempo, que cualquier día va a aparecer la oportunidad, y después miraré atrás y me habré olvidado de toda esta época. Hasta que llegue ese momento, muchas gracias por tu ayuda ;)

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    1. Hola Pablo,

      muchas gracias por tu comentario. Lo primero darte ánimos: si estás buscando trabajo en Alemania, con un perfil de ingeniería sólo es cuestión de tiempo que alguna empresa se interese por ti.

      Si me contactas al correo (blog.ingeniero@gmail.com) te puedo el nombre de algunas empresas en la zona de Munich que normalmente demandan ingenieros.

      Un saludo!

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